viernes, 7 de marzo de 2014

Sueños espiral (II)





II

Las calles están vacías a estas horas de la madrugada, lo cual es muy raro, esta parte de la Villa es muy animada y siempre hay actividad. No sé, a mi parecer este es el lugar en el que se mueve más gente de todo este lugar, y más aún estando en fiestas patronales. Todavía no sé exactamente el qué, pero algo está mal en este sitio. Los tambores suenan a lo lejos envolviendo todo mi ser, mientras que el sonido de las guitarras toca cuerdas de mi interior que ni siquiera creía existentes. Casi sin creerlo, empiezo a verme envuelto en una espiral musical que podría conducirme hacia una gran paz interior, o simplemente podría no hacerlo. ¡Ahora que me acuerdo! ¿Qué habrá sido de Paul? ¿Seguirá en el festival? ¿Estará en casa de la chica aquella o, por el contrario, me estará buscando? ¿Es posible que haya acabado por pasar de él?

-Tío, te estoy hablando, ¿es que no me escuchas? -Una vez más durante esta noche, Tyr se mete en mis pensamientos para frenar a mi mente en su extraño recorrido.

-Sí, perdón. ¿Qué decías? -Todavía sueno algo alelado, es increíble mi capacidad de distracción.

-Te estaba preguntando... Bah, déjalo. No tiene importancia. -Parece algo dolido, creo que es culpa mía.

-No, no. Por favor. Repítemelo.

-¿Para qué? Total, no me escuchas cuando hablo... -Puedo notar ese toque de tristeza en sus palabras y un pequeño matiz de desilusión en sus ojos. Posiblemente esperaba algo más de caso. Al fin y al cabo, ha sido él el único que se ha preocupado por mí tras mi enorme golpetazo.

-Por favor. No me hagas suplicar, anda. -Sonrío de forma débil, denotando en mi sonrisa el interés que tengo por sus palabras.

-Bueno... Está bien. Te decía que si prefieres ir a buscar algo de comida antes o prefieres ir directamente hacia mi casa.

Parece que ha funcionado, ya se le ve más alegre. Es curioso este chico, ya lo digo yo que sí. Ahora que lo pienso... tengo bastante hambre, no he comido nada hace ya bastantes horas. A Paul y a mí se nos olvidó llevarnos algo para comer, y pasamos demasiado tiempo esperando para el primer concierto.

-En realidad yo prefiero comer algo en primer lugar, ¿tú no?

-Yo también. -Sonríe. -Por eso lo decía, más que nada.

-Conozco un buen sitio por esta zona, y tienen precios tan baratos que te parecerá que estás timando al dueño del restaurante. -El chico frunce el ceño.

-Oye, pues eso no suena mal. Llévame a ese sitio tan bueno tuyo.


-Claro, está aquí al lado. -Le cojo del brazo y señalo en dirección al nordeste. -Ven, es por aquí.

Al cabo de unos pocos minutos llegamos al lugar. Es un restaurante de comida rápida bastante común: suelos cuadrados, mesas redondas con sillas ancladas al suelo, una barra, anuncios de la comida con los precios y el típico toque de grasa en la cara del chico que está atendiendo el mostrador.

-Bueno, pues ya hemos llegado. Dime lo que quieres y coge sitio, mientras yo voy pidiendo la comida.

-Es tu restaurante, así que pídeme lo que quieras, me gusta todo. -Sonríe más abiertamente, parece un gesto cordial.

-Como quieras. -Junto los hombros. -Ahora vengo.

Me dirijo al mostrador ,donde espero por unos quince minutos a que la cola se disipe y llegue mi turno. Al cabo de unos diez minutos más, tengo nuestro pedido. Vuelvo a la mesa, pero me resbalo con una mancha de algún tipo de pringue líquido. Estoy a punto de caer al suelo, pero consigo que no se me caiga nada de la bandeja de plástico. Mientras tanto, Tyr observa la escena desde la mesa junto a la ventana, mientras se ríe de forma desmesurada. Por fin, sano y salvo, o eso parece, llego a la mesa.

-Aquí tienes la comida. Y, por favor, que la escena que acabas de ver no salga de aquí. -Mis mejillas adoptan un color rosado. -Me moriría de vergüenza...

-No pasa nada, soy una tumba. -Hace un gesto de cerrar la cremallera de su boca como confirmación. Río suavemente.

-Gracias. -Tyr nota el alivio en mi respuesta, lo cual le hace reír a él también.

-Por cierto, ¿cuánto ha sido todo?

-Doscientos krams(1).

-¡¿Doscientos?! -Sus ojos se abren como platos. -¡Pero si eso es lo que cuesta un hotdog en un puesto del festival!

-Te lo dije. -Río victorioso.

-Ya veo, ya...

-Te veo sorprendido, apuesto a que no esperabas nada así. Hay que aprender a encontrar y aprovechar las ofertas de la vida, chaval. -Le doy una palmada en el hombro.



(1) Kram: Moneda de la Villa en la que vive el protagonista. Para hacerse una idea, 1 kram equivale a 0'02 €, es decir, 2 céntimos de euro.



- La verdad es que cuando me lo dijiste esperaba algo barato, pero no tanto. Esto es demasiado.

- Lo suponía. -Sonrío.

-¿Y qué me has traído para comer?

-Lo mismo que a mí, una hamburguesa doble y una ración de patatas fritas mediana. La bebida es la típica de la casa, a ver si te gusta o qué.

-La verdad... Tiene muy buena pinta. -Se le hace la boca agua, parece que va a estallar y a dar lugar a un monstruo baboso. Da un sorbo al zumo verde y sus pupilas se delatan de forma exagerada. -¡Qué bueno está! No había probado bebida igual hasta ahora.

-Ya te dije yo que este sitio era un gran lugar.

-Sí, lo es. Me gusta bastante. A todo esto, cuéntame cosas de ti, ¿no? Al fin y al cabo, el único que ha contado cosas hasta ahora he sido yo.

-¿De mí? Claro, ¿por qué no? -Empiezo a pensar. -Ah, ya sé. Te haré un breve resumen de lo que puedo llamar vida. Me llamo Eyland, como ya sabes. Tengo 17 años y amo dibujar y escuchar música. Dibujar es un hobby que me viene desde que era casi un bebé, mis padres dicen que me entretenía y que, por eso, me pusieron este nombre. Mmm... no sé qué más decirte, la verdad. Hay poco que contar.

-Para empezar una conversación, no está mal. -Se pone la mano en la barbilla, casi parece un detective. -Pues yo soy Tyr, y todos me llaman Spirit porque, cuando era niño, tenía un pijama de un famoso caballo llamado así. No me lo solía poner, pero, un día hace no mucho, unos amigos estuvieron en mi casa y lo descubrieron entre mis cosas antiguas. Me llaman así para meterse conmigo, pero la verdad es que me gusta bastante ese mote, todavía admiro al caballo.

-¿Un caballo llamado Spirit? Vaya, eso sí que es curioso.

-Bueno, yo ya he acabado de cenar, me siento bastante satisfecho. ¿Y tú?

-Pues... -Me toco la barriga. -Este no se queja, así que también.

Ambos empezamos a reír y salimos del restaurante en dirección a casa de Spirit. Sorprendentemente, su casa está a penas a un par de minutos de allí, así que aumentamos el ritmo de nuestra marcha. Al menos yo, estoy ya cansado de andar. Ahora el festival ya queda lejos y, mi casa, aún más.

-Eyland, ¿fuiste al Loud'n Rock tú solo?

-¿Eh? Ah, no. Fui con...

De pronto y sin previo aviso mis palabras se cortan, empiezo a sudar, a sentir presión en mi boca y mis pulmones. La cara de Tyr refleja una gran preocupación, pero un mayor terror. Alguien acaba de cogerme por el cuello y de taparme la boca. Lleva guantes, puedo sentir el cuero en mis labios.

-¡Eyland! -Sus ojos, su mirada... son casi más terribles que esta situación. Viene hacia aquí.

-¡Ni un paso más! -El desconocido grita. -No te acerques, o me haré un llavero con tu amiguito. -El delincuente saca una navaja más que afilada de la parte trasera de su chaqueta y pone su punta contra mi mejilla. Puedo sentir el filo del cuchillo cortar la parte más superficial de rostro. Intento hablar, soltarme, pero me es completamente imposible.

-Eyland... No, ¿por qué ahora? ¿Por qué él? ¿Qué quieres? -Puedo ver sus ojos rojos e hinchados, parece que está a punto de llorar.

-No te lo tomes como algo personal, chico. -La sabandija que me tiene cogido se ríe. -Simplemente os vi, un par de niñitos, tan solitos... -Ríe de nuevo. -Y pensé <<John, ¿por qué no te pasas a saludar?>>

-Entonces... ¿no quieres nada? -Mis intentos por desembarazarme de este hombre, si se le puede llamar así, son inútiles. Cada vez hace más presión en mi cuello, y su navaja se introduce poco a poco más y más en mi piel.

-Oh no, no. No malinterpretes mis palabras. Claro que quiero algo. Quiero vuestra alma. -Ríe. -No, qué va. Quiero todo el dinero que llevas encima, o acabaré por hacerle a tu amigo algo más que pincharle un poco la cara.

¡¿Qué?! ¿Pretende más? ¿Quiere matarme? ¿Torturarme? ¿Qué he hecho yo? ¿Qué demonios he hecho yo para merecer esto? Yo, simplemente quería pasar una buena noche, oír buena música, comer algo en condiciones, divertirme al fin y al cabo. Yo no esperaba esto. Claro que no, ¿quién espera algo así? Es de locos. ¿Por qué tendré tan mala suerte? Si tan solo pudiera llegar a mi bolsillo.... Podría sacar el reloj de mi abuelo y golpearle en la cabeza. Sé por experiencia que ese chisme es capaz de noquear a un hombre adulto.

-¿Qué pasa? ¿Os ha comido la lengua el gato?

Ríe y desliza su lengua en un movimiento rápido alrededor de mi oreja. Madre mía, qué horrible es esto. Ya llego, parece que ya llego... ¡Mío! Perfecto, ahora solo tengo que cogerlo y...

-¿Pretendías pegarme con esto? -Frena mi mano en seco. Mira detalladamente el reloj mientras aumenta la presión en mis muñecas, está a punto de rompérmela.

-Esta es la mía. -Oigo el comentario de Tyr en voz baja, parece que él no lo ha escuchado. ¡Venga Tyr!

El joven se abalanza sobre el delincuente, haciendo que me suelte y dirija sus manos hacia su espalda, intentando quitarse de encima a mi nuevo amigo. Mientras estos forcejean yo intento golpear a nuestro enemigo. Sin resultado. El hombre esquiva el golpe en el mismo movimiento en el que se quita a Tyr de encima, dos pájaros de un tiro.

-Y ahora... -Saca la lengua y la retuerce. -Vais a saber lo que es bueno.



El supuesto ladrón, que me mira fijamente a los ojos, se gira bruscamente al oír los pasos apresurados de Tyr dirigiéndose a él. Sin explicación real, Tyr se desploma como cae un pájaro tras el disparo del cazador. Veo al atracador retroceder poco a poco, temblando.

-Lo he... Lo he matado...


Sus ojos como platos y, sus pupilas completamente dilatadas. Creo que ni siquiera él se esperaba este desenlace. Quiero correr hacia donde se encuentra mi amigo, en el suelo, desangrándose, pero me es absolutamente imposible moverme del sitio. En un último intento sin resultado de obligar a mi cuerpo a responder, veo como nuestro extraño compañero en los últimos minutos se aleja de nuestra posición horrorizado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario